. CUENTO HISTORIAS VISUALES
¡Buenas! Mi nombre es Garazi y tengo alma creativa. Esta web es mi guarida y aquí podrás ver las historias que dibujo. Esto que estás leyendo es el primer ladrillo de lo que será mi nuevo hogar, mi hogar creativo.
Y es que mi monstruo creativo ha estado escondido dentro de mí durante muchos muchos años, y hace tiempo, aunque yo no me daba cuenta (o no quería darme cuenta), que estaba pidiendo a gritos salir. Salir a flote. Pidiendo a gritos dejar de esconderse y ocupar el espacio que le corresponde.
Así que he decidido que ha llegado la hora. El momento es ahora. El momento de darle un hogar a ese monstruo creativo que tanto tiempo ha estado escondido.
A partir de ahora, este será su hogar, y aquí verás todo lo que dejaré salir de mi interior, en forma de garabatos, esquemas, resúmenes visuales, o la forma que vayan cogiendo las ideas que a partir de ahora irán brotando.
Esto solamente es una humilde declaración de intenciones, el principio de mi aventura creativa, que empezar empieza aquí, y acabar… no sé dónde acabará.
Si te ha entrado un poquito de curiosidad, te invito a que me dejes tu correo
Te preguntarás que he estado haciendo hasta ahora, para que hayan hecho falta 33 años (bueno, en realidad acabas de descubrir mi edad) para que todo esto se haya materializado.
Pues bien, he estado ocupada haciendo mi vida, mientras tenía este monstruo hambriento en mi interior. Y sí, me ha costado mucho tiempo darme cuenta de ello.
Porque claro, yo siempre tenía cosas más importantes que hacer, y no me iba a poner a hacer “dibujitos” o a pintar con rotuladores. Eso lo haría algún día, cuando tuviese mucho tiempo libre.
Pero es que poniéndome a pensar, esto de dibujar, de los rotuladores y pinturas, oleos, acrílicos… lo llevaba en la sangre.
De pequeña me pasaba horas pintando, hasta que el sueño me invadía.
[aquí me gustaría poner una foto de pequeña que me gusta mucho, que estoy dormida encima de un dibujo y con un rotulador en la mano]
Luego seguí dando rienda suelta a mi creatividad, hasta que los estudios fueron sobreponiéndose a la creatividad.
Estudié la carrera de arquitectura, y sí, aunque hice bocetos y garabatos, arquitectura tiene otras muchas cosas que no son tan creativas (y son un poco más técnicas). Eso, y que la carrera te usurpa toooodo tu tiempo vital.
Después de mucho sacrificio y muchas noches sin dormir gracias a la maravillosa carrera de arquitectura (sí, fue muy dura, pero también maravillosa, porque en todas esas horas durante años, trabajando en la universidad pasamos muchísimos buenos momentos, y eso no nos lo quita nadie).
Lo peor vino al acabar la carrera y ver las poquísimas oportunidades laborales que había.
Por eso, me animé a seguir estudiando e hice el Máster de Diseño Estratégico de Producto y Servicios. Otros 2 años, que aunque relacionados con el diseño, no me hicieron coger los rotus tan creativamente. Pero sí que aprendí un poquito acerca de diseño web, animaciones… y otras cosas que me gustaron muchísimo.
Y así ha ido pasando la vida, los años (me estoy dando cuenta de que parezco una vieja, jeje), y me he ido buscando la vida con trabajos relacionados con la arquitectura, pero sin llegar a ejercer nunca…
Así, y con una cosa que lleva a la otra, aprendí a crear páginas web y a monetizarlas. Primero con Amazon Afiliados, y cuando esto dejó de funcionar con Google Adsense (esto último lo aprendí en Mentoría Seo y fuí caso de éxito). Pasé un par de años trabajando a tope con webs de afiliación y llegué a facturar más de 4000 € en los mejores meses.
Fue entonces cuando me dí cuenta de que algo fallaba. Porque incluso cuando había llegado a esa meta, a ese sueño, a esa facturación, no llegaba a buscar la motivación necesaria para hacer las acciones que sabía que debía hacer para mejorar las webs.
Algo dentro de mí estaba intentando decirme algo. Cada vez estaba más desganada con todo.
Y entonces, todos los astros se alinearon, y Google hizo otro cambio de algoritmo, mandando mis webs al inframundo, así como mis ingresos.
Yasta. Me había hartado de hacer mil webs y no darles amor. Y hacer más webs sabiendo que iban a acabar muriendo. Y vuelta a empezar.
Necesitaba un cambio. Un cambio de rumbo.
Pero estaba más perdida que un pulpo en un garaje. No tenía ni idea de lo que en realidad quería hacer, y no tenía herramientas para descubrirlo.
El bloqueo era tal, que no sabía que hacer, por dónde tirar. En ese punto me di cuenta de que yo sola no iba a poder avanzar. E hice lo que hay que hacer en estas situaciones: pedir ayuda.
Os recomiendo hacerlo si alguna vez os encontráis en la misma situación.
Búscate un coach, un mentor, que te guíe y te ayude a buscar y encontrar tu camino. A mí me ayudó a darme cuenta de que tenía este monstruo dentro.
Me ayudó a darme cuenta de que necesitaba un propósito vital, y de que eso era lo que fallaba en cuanto a las páginas.
Me ayudó a darme cuenta de que lo importante es empezar a explorar y trabajar en lo que me gusta (una vez que lo he podido sacar de dentro gracias a su guía).
Así que nada, dejo de escribir, y a partir de ahora aquí voy a empezar a dibujar, garabatear.
A mostraros todo esto que sale a vosotros y vosotras, a quienes estoy deseando de conocer.
Y estoy deseando sobre todo, de ver hasta dónde me lleva esta aventura que empiezo hoy y ahora. Y que estoy deseando de vivir junto a vosotros.